Y a fe que lo ha hecho. Se fue porque la más alta perfección alcanzada en pértiga tiene sólo dos nombres propios: el de Serguéi Bubka, el ucraniano que posee el récord de los récords, el hombre de los 35 récords del mundo, batidos centímetro a centímetro, hasta alcanzar 6,14 metros al aire libre y 6,15 metros en pista cubierta; y el de Vitaly Petrov, que fue el entrenador de Bubka y ahora lo es de Isinbayeva.
Donetsk la vio volar una vez más
El domingo pasado, en la en la reunión atlética de Donetsk, la pértiga de Yelena voló por encima de su récord en pista cubierta por dos veces. Estos son sus récords mundiales números 25 y 26, con lo que se queda a nueve de la leyenda de Serguéi. Pocos parecen, teniendo en cuanta su edad, sólo 26 años, y el ritmo al que sube el listón la atleta rusa. "Después de errar dos veces, como el año pasado, en 4,96, hice que subieran un centímetro, fue superstición". Isinbayeva no se dio por satisfecha con un récord y fue a por otro: dejó en listón en 5,00 metros. "Quería enviar un mensaje bien claro a quienes quisieran batir el récord del mundo indoor", sentenció la rusa.
Isinbayeva quiere ser Bubka y el binomio Yelena-Vitaly se ha convertido en una máquina que no parece tener techo. "¿Su techo?, creo que podría llegar a alcanzar los 5.15 o 5.20 metros", llegó a comentar su entrenador Vasily Petrov. "Tengo aún dos competiciones e intentaré hacer otros dos récords mundiales", explicó Isinbayeva, que saltará el próximo fin de semana en Birmingham y el 26 de febrero en Praga. Parece claro que la campeona rusa sigue midiendo sus pasos con precisión espartana. Nada se le escapa. De momento, tiene un margen de cinco centímetros hasta su récord de 5,05 metros al aire libre, que estableció el año pasado en los Juegos Olímpicos de Pekín. Sólo ella, y quizás el propio Serguéi, saben hasta donde puede llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dá tu opinión.